La relación que existe entre política y educación tendrá un avance de consideración:
1. Cuando el legislativo adecué las leyes de las instituciones; que favorezcan a la educación y que amplíe notablemente los presupuestos relacionados con el rubro.2. Cuando autoridades y los diferentes representantes educativos estén conscientes de la verdadera importancia del aspecto educativo, siendo personas conocedoras y sensibles en el área que nos ocupa, implantando programas para prevenir la deserción escolar en todos los niveles educativos, concientizando a la ciudadanía de la importancia que tiene el estar preparado para la lucha en la vida; convenciendo a la ciudadanía -hombres y mujeres- en la aceptación de programas intensivos de educación sobre salud femenina, de educación sexual y detección y control del sida.
3. Cuando en cada rincón de nuestra patria y a lo largo y ancho de su territorio se entienda que es tiempo de dar pasos firmes y decisivos para que cada uno cuente con la oportunidad de desplegar sus capacidades y ejercer a plenitud sus derechos. Para ello, nada mejor que se cuente con preparación: educación formal, no formal e informal.
4. Cuando los gobiernos fomenten a través de los programas, la responsabilidad de la pareja y los hijos en el hogar ¡recordemos que la familia es la base de la sociedad!
5. Cuando se ensanchen las oportunidades políticas y educativas, siendo congruentes con las ofertas de trabajo, con sueldos acordes a su actuación, preparación y ascensos que correspondan a su desenvolvimiento.
6. Cuando los programas de educación sean acordes a la época que estamos viviendo; adecuados a la economía y a las necesidades del país, pero sobre todo a nuestro origen y realidad.
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